Dado que este jueves 5 de septiembre habrá un simulacro de Tsunami en la región de Valparaíso, desde la Fundación para la Prevención Pública nos informan sobre puntos críticos a resolver en estas materias

Jorge Suez Muñoz Fundación para la Prevención Pública. Imagen referencial, Plaza Cívica, Valparaíso.

El jueves 5 de septiembre no solo debe ser un día más de simulacro de sismo y tsunami en el borde costero que permita medir los tiempos de respuesta y la suficiencia de la estrategia estatal, sino el primero para que la ciudadanía conozca con total claridad los puntos de peligro por caída de estructuras ruinosas que puedan existir en sus trayectos a los puntos de encuentro seguro, sobre todo en ciudades como Valparaíso, con triste historial de muertes por desprendimiento de cornisas.

Así lo aconseja la desgracia ocurrida hace unos días en el calle Huito, tras la cual la comunidad se enteró de que en la ciudad existen cientos de inmuebles ruinosos que son un peligro, por lo que urge que dichos lugares sean debidamente conocidos, advertidos y tomados en cuenta a la hora de programar simulaciones de emergencia y, evidentemente, cuando la tierra se mueva de verdad.

El Ministerio del Interior y Seguridad Pública, a través de sus onemis, tiene a disposición de los habitantes y turistas los mapas de evacuación de todo el país que muestran las rutas-eje por las cuales deben desplazarse de mar a cerro para llegar a las zonas que han sido previamente definidas como puntos de encuentro seguro. Es una importante herramienta de prevención.

Sin embargo, los mapas no advierten sobre la existencia de inmuebles total o parcialmente ruinosos o con algún peligro de colapso en altura, ni sobre rocas, árboles añosos o estructuras que amenacen caída y daño desde laderas, y que constituyen una verdadera amenaza o potencial trampa en las calles. No solo los destinos propuestos para reunirse tras un terremoto deben ser seguros, sino también las vías para llegar a ellos.

De hecho, la prensa informó que en Independencia con Rancagua hay un inmueble con decreto de demolición hace 14 años, sitio que debería figurar como un punto rojo en el mapa de evacuación oficial o en otra herramienta de acceso público. El peligro de pasar por allí durante un sismo o sus réplicas es indudable. Y como ese habría otros 749 inmuebles igualmente en muy mal estado, muchos de los cuales podrían estar en las rutas de escape desde el plan a la cota treinta.

Por lo anterior es razonable que los municipios y los organismos de emergencia y seguridad pública, no sólo de Valparaíso, compartan su información y se coordinen para que el 5 de septiembre las personas que circulen hacia o porlas rutas de evacuación puedan en terreno ver y evitar las fachadas o laderas peligrosas, mediante simples señaléticas o aislando del tránsito peatonal el área desde ya riesgosa.

La historia nos ha enseñado que en ciudades como Valparaíso la muerte simplemente cae en los lugares donde la negligencia, el descuido o la imprevisión dejaron espacio. Y siempre es posible evitar que la historia se repita.

Las opiniones vertidas en esta columna son de responsabilidad de quien las emite. Y no necesariamente, va de la mano con la línea editorial de Espacio Regional.

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