Con la realidad de la abstención, la Derecha volvió al poder con Sebastián Piñera. Palos de ciego en lo que quedó de la Nueva Mayoría. Un Frente Amplio que recogió parte de la votación y tiene un papel clave en la conformación de bloques en el Congreso. Y nuestra región, dando la pauta en los resultados.

A pesar de la abstención de un poco más del 50% en la segunda vuelta presidencial, el restante porcentaje de la ciudadanía habilitada para votar se inclinó por Sebastián Piñera (un 26% del total nacional. Si Guillier hubiese ganado, el % de representatividad global sería similar, huelga decir).

Los caídos en combate dicen que se van a juntar. Acá la implementación del sistema proporcional corregido mejoró en parte la distribución de las fuerzas políticas. Quienes perdieron apelan a la ya consabida, manoseada y reflotada “unidad de la izquierda”, más ahora que tratarán de defender parte de las reformas de la administración Bachelet y que dejó a una Democracia Cristiana más debilitada y dividida entre los que aún se aferran a lo que fue la campaña de Guillier y los tentáculos que la atraen en esta nueva administración. Si bien un Gobierno espera la colaboración de todas y todos, varios DC apuestan por estar en este período que comienza el 11 de marzo (salvo que suceda el efecto Ravinet 2010: fue ministro pero duró sólo 3 meses).

Mientras que en la Derecha, se presume y se ha tratado de dejar en claro que no quieren repetir los errores en la conformación del gabinete. Los tecnocráticos y posteriormente involucrados en casos penales (las boletas ideológicamente falsas), desprestigiaron el gobierno al estilo gerencial. Ello no obsta a que se repitan el plato algunos rostros de la época 2010-2014, pero el Gobierno entrante debe escoger con pinzas a sus autoridades para no pasar nuevas chambonadas y caigan en el despilfarro de tiempo y recursos públicos. O andar sacando diputados para ser ministros, cosa que chacrea hasta los más recalcitrantes votantes de su sector.

El Frente Amplio pasó de 3 a 20 congresistas. La tónica desde un principio ha sido crear una oposición hacia el gobierno de turno, especialmente si salía Piñera. Se van a consolidar en ello, luego que en segunda vuelta comenzaron los tiranteos entre algunos dirigentes sobre el dilatado apoyo a Guillier, o las indefiniciones que aún les atribuyen. Y en declaraciones recientes del senador electo Juan Ignacio Latorre al Mercurio de Valparaíso, recalcó que “no queremos hacer arreglos por abajo que privilegien a algunos”. Es probable y deseable, sin duda, aunque recién llevan pocos años en la política nacional y es su prueba de fuego tras el considerable apoyo que obtuvo Beatriz Sánchez. Consolidar su madurez política, aún sabiendo que es una clase dirigencial en promedio joven, si miramos al resto de los partidos, acorde al aumento de la población adulta mayor que ya vivimos.

Gobierno Regional

Las aguas no están quietas en la Intendencia. O, en general, en todas las Intendencias.

Vienen los cambios de nombre, hacer el traspaso y gozar de las últimas vacaciones. Se aprobó la reforma para que sean elegidos por la ciudadanía en el año 2020. Mientras tanto, dos años seguirán siendo nominados por el Presidente de la República. Nombres suenan para presidir la región, como el alcalde de Limache, Daniel Morales, de la línea del senador conservador Francisco Chahuán.

La tarea de las gobernaciones también es una dura negociación dentro de ChileVamos. La UDI si bien perdió diputados, no quiere quedar abajo de la mesa regional (ni siquiera en el Congreso, que pelea la conformación en ambas cámaras). RN tiene mucho que decir y hasta Evópoli quiere algo de la torta que tendrán en esta primera mitad del gobierno.

Las deudas que deja la gestión Aldoney van por (¡oh, contradicción!), la parte ambiental. Mientras el gobierno de la Presidenta Bachelet se jacta (y con cifras en mano) de tener una matriz energética envidiable a nivel mundial en base a las ERNC (hasta el ex vicepresidente Al gore lo destaca), se sigue adelante con el controvertido proyecto termoeléctrico Los Rulos y su impacto negativo. Y respecto del Mall Barón, caen las lágrimas, pero fue la Corte Suprema la que aclaró que el vicio del permiso se sabía desde que la administración Castro lo aprobó sin considerar vía troncal y otros detalles. Ni hablar de la contaminación de la costa norte, que sigue sepultando con partículas y derrames de combustible la bahía de Quintero – Ventanas.

Por otro lado, se empezó a tejer las negociaciones con el MOP acerca del Canal de la Prosperidad, para traer agua tratada en principio para llenar los embalses en Casablanca, pero apunta a tener agua de refuerzo para Valparaíso. Se aprobó el RS para seguir adelante en algo que puede tardar hasta 5 años más para su concreción. Negociación a nivel superior que sacó adelante Aldoney.

En cuanto la infraestrucutra pública, los errores se fueron subsanando en el área de Salud. Los hospitales prometidos están en construcción o en vías de (Casablanca, San Antonio, 2a etapa del Fricke, el biprovincial MargaMarga). Pendientes están: La concesión de la 68 y la fórmula para aumentar una tercera pista por ambos lados; El borde costero y el plano regulador comunal, bajo la bota del PREMVAL; El esperado retorno del Metro hasta La Calera. Y la disputa por la carga en los puertos, para compatibilizar la industria de cruceros.

Pero, hay temas nacionales que tendrán epicentro, una vez más, en Valparaíso. La mantención de las reformas en educación, las propuestas de las pensiones y la posibilidad de seguir modificando hasta reemplazar la Constitución por una Asamblea Constituyente, se van a tomar las calles. Hubo avances y retrocesos en la administración Bachelet, pero dejó la vara alta para el segundo turno de Sebastián Piñera. La ciudadanía debe estar atenta, pues no basta sólo con acudir a las urnas. Parte del juego democrático es la participación en todos los niveles. Y pasar la factura (con impuesto pagado), como parte del crecimiento de la sociedad. Y si la calle habla, habla.

Por admin

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