No hubo autoridad de gobierno que no visitara las obras. En una de esas, a inicios de este año, y en un entrevero en cuanto a la gestión cultural y administración, la Ministra de Cultura y la alcaldesa, anunciaban un 85% de avance.
Patricio Cerda Adaro es Director de la ONG Viña Ciudad Nuestra. Imagen desde Wikipedia
El terremoto del 2010 tiene a los viñamarinos y la región sin su histórico Teatro Municipal. Con recursos de la casa consistorial en su mayoría, se iniciaron las primeras obras de reforzamiento de techumbre como de la estructura, posteriormente el gobierno de la época comprometía $9 mil millones de pesos más para una segunda etapa, detalle e implementación. Con la presencia de la ex presidenta Bachelet y una emocionada alcaldesa se iniciaban por fin los arreglos de la segunda etapa. Era ya octubre de 2017.
No hubo autoridad de gobierno que no visitara las obras. En una de esas, a inicios de este año, y en un entrevero en cuanto a la gestión cultural y administración, la Ministra de Cultura y la alcaldesa, anunciaban un 85% de avance. No fue la única polémica, en los momentos más álgidos de la crisis económica municipal se supo a través de una minuta, que se establecía como “fondos disponibles” los recursos asignados exclusivamente al proyecto. Un poco de maquillaje al presupuesto.
Las dificultades por las que pasaba la empresa responsable, con muchas obras atrasadas, eran sabidas en el mundo público local. Por eso resultó incomprensible la última visita efectuada por la alcaldesa junto a sus asesores, respaldando los trabajos y manifestando su satisfacción por los avances. “Parece un sueño” expresó, talvez en señal de buena gestión y confianza. Tres semanas después les caducaba el contrato.
La revelación posterior que se hiciera en este mismo medio, fue un balde de agua fría: sin materiales desde julio, “solo haciendo aseo”, trabajadores impagos. Igual situación los proveedores donde uno de ellos tiene retenidas las puertas originales. Aun mas, presiones a los trabajadores para no protestar, mientras la alcaldesa estaba presente en el recinto. Tal vez lo más grave en lo relativo a los trabajos es con respecto a los plazos; “ellos dicen que tenemos el 90% de avance, pero falta mucho”, palabras textuales de la encargada. Alguien miente.
Este montaje tiene para rato, los actos se suceden y la trama aun no permite responder algunas dudas; ¿sabía la alcaldesa todo esto y concurrió a sabiendas de tantas irregularidades o fue mal asesorada? Por lo pronto y sentados en la última butaca, la ciudadanía aburrida, observa. Puro teatro.
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