La lectura de los poemas de Hu Xian han logrado, precisamente, fusionar la propuesta estética del escritor chino con aquello que uno como lector/a busca -o pretende encontrar- al ingresar a un texto literario. La satisfacción estética, por tanto, se produce en el acto de lectura.

Eddie Morales Piña. Crítico literario.

Confieso que he leído -un guiño nerudiano- con sumo agrado esta antología poética del escritor chino Hu Xian, nacido en 1966 en la provincia de Jiangsu. En realidad, la literatura china nos ha sido prácticamente desconocida, a no ser por aquellos detalles que di a conocer en una crónica anterior. El nombre de Hu Xian hasta la reciente obra sobre la poesía china contemporánea no estaba en mis registros como lector. Cuando leí esta obra y la comenté, destaqué a Hu por uno de los poemas que venían en este libro. Creo que no estaba equivocado, pues se trata de un poeta definitivamente mayor dentro de la constelación de las voces líricas de la China contemporánea. Sin duda que es importante este calificativo después del nombre del país, por cuanto en este gigante asiático -como se le dice habitualmente en las noticias- desde épocas pretéritas ha habido una poesía lírica importante que podríamos denominar clásica. Hu Xian es un representante de la moderna poesía china y, en consecuencia, como dicen los estudiosos utiliza el lenguaje chino moderno.

Nos enfrentamos, pues, a la lectura de esta antología preparada por el profesor y traductor Sun Xintang con mucha expectativa. Sun es un experto y estudioso en literatura y ha dedicado -en el tiempo- poner a disposición de los lectores y lectoras de este lado del mundo el rico acervo cultural relativo a la poesía lírica de China de los últimas épocas y períodos del devenir escriturario de dichas manifestaciones estéticas. He leído el texto que ha preparado en su selección y traducción de la poesía de Hu Xian en un formato digital –pdf, se denomina- gracias a la gentileza del escritor chileno Diego Muñoz Valenzuela, quien ha estado en aquellas lejanas tierras desde el punto de vista geográfico, pero con una cercanía vivencial, especialmente a través de la literatura. Como dije, inicié la lectura de este texto con expectativa. Según la estética de la recepción literaria, el proceso de lectura es fundamental para llegar a esta fusión de horizontes. La lectura de los poemas de Hu Xian han logrado, precisamente, fusionar la propuesta estética del escritor chino con aquello que uno como lector/a busca -o pretende encontrar- al ingresar a un texto literario. La satisfacción estética, por tanto, se produce en el acto de lectura.

Este proceso se inicia desde el momento en que entramos en las páginas del texto literario. La obra de Hu seleccionada y traducida por Sun  Xintang está precedida de un prólogo del profesor de Beijing. Este escrito que es un paratexto, nos entrega las claves para incursionar en la producción lírica de Hu y nos permite situarnos en el contexto de la producción escrituraria que vendrá a continuación. En este sentido, y tal como lo había leído en un volumen de John Sturrock (Guía de las letras y autores contemporáneos, 2001), generalmente los escritores/as chinos utilizan un seudónimo para su escritura. Sun -el prologuista- nos comunica que Hu Xian es el nombre que usa el poeta, ensayista y editor Hu  Chuanyi, quien actualmente vive en Nanjing. Como poeta tiene varios volúmenes publicados, ha ganado diversos premios literarios, ha dirigido revistas literarias y participado en certámenes poéticos, incluido en nuestra América. Es interesante saber que el vocablo chino Xian significa cuerda de un instrumento musical; la poesía lírica siempre desde tiempos inmemoriales ha estado asociada a la música. De hecho, la palabra lírica nos refiere a la lira. De tal manera que Hu al agregar el Xian en su seudónimo no hace más que recordarnos esta ligazón que ha existido entre la producción escrituraria lírica y la música -de allí el tema del ritmo y la melodía versal, por ejemplo. En el esclarecedor prólogo de Sun Xintang se consigna una afirmación de Hu que -podríamos decir- es una suerte de ars poeticae. En otras palabras, Hu condensa cómo concibe el quehacer poético. Como lo hemos recordado en varias oportunidades en diversas crónicas, la poiesis, la creación llevada a cabo por el sujeto enunciante poético responde a los parámetros contextuales en que esta se genera. Hu Xian afirma que “en mi poesía, la observación abarca la vista fría, la vista de la mente y la vista del interior. La primera es una visión física, es decir, la que ven los ojos. Las últimas dos son más bien lo que ve el alma: parece que son alcances de la mirada, pero en realidad son imágenes producidas por reflexiones abstractas, son ejercicios sicológicos, como traducir las imágenes reales en sombras. Esto es justamente la tarea de la poesía”. Al leer, efectivamente, el libro de Hu se tiene la certeza que el poeta es fiel al predicamento de lo que él considera que debe ser la poesía.

Estrellas en movimiento tiene un hermoso nombre titular. Las estrellas –et tamen stellae– en sí mismas tienen una connotación poética. En la literatura universal hay suficientes ejemplos. Las estrellas -la mayoría, creo- reflejan la luz solar en nuestro sistema. Esto puede sonar frío, pero la frase en movimiento le da una impronta significativa al contenido. El título es el continente. Los poemas de Hu Xian son las estrellas en movimiento que nos van dando el reflejo de un yo poético que sabe capturar el momento fundamental de la realidad cuando se posiciona frente a ella -como un fotógrafo con la cámara-. Por tanto, ya no son meramente sombras. Las estrellas -es decir, los poemas- son como las luciérnagas de Pier Paolo Pasolini que en medio de una oscuridad resplandecen. El poema referencial es “El movimiento de las estrellas” que -supongo- el traductor tomó para titular la antología bilingüe chino-español.  El poemario tiene dos secciones escriturarias marcadas por los numerales romanos I y II. La primera es más extensa que la segunda. Entre ambas partes hay un lazo en común. Hu lo manifiesta en su ars poeticae: siempre el sujeto hablante, el yo lírico, el hablante poético, parte de la experiencia cotidiana: el ojo físico, para luego remontarse hacia lo que está más allá. El enunciante se transforma él mismo en experiencia poética. Sun Sintang afirma que Hu “tiene un corazón sencillo, meticuloso y resistente para apreciar el mundo y todas las cosas que hay en él”. Efectivamente, así se refleja en su escritura poética. En la sección I hay poemas memorables como “El jardín” -el poema que leí en la antología mencionada al principio-, “Hormiga”, “Momentos jóvenes”, “Mariposa”, “El movimiento de las estrellas”, “Cuento de hadas”, “La serpiente”, “Leer”, “Farolas”, “Leyenda”. En “El jardín”, Hu parte de la experiencia cotidiana de llegar y sentarse en el mismo banco. De esta situación habitual y pedestre el sujeto hablante dice “me doy cuenta que es superfluo escribir/ un poema sobre todo esto; pero luego viene la reflexión de que cada vez es un jardín recuperado. En “Hormiga” -un casi microrrelato- el poeta hace una conexión entre este diminuto insecto y nuestra propia existencia: “En ese momento intrigante, / el rayo de luz más débil del mundo pasa entre nosotros;/ es entonces cuando la hormiga/ coloca suavemente su panza,/ diminuta y abultada,/ sobre nuestra vida compartida”.

En la sección II, Hu Xian tematiza lugares y espacios en su transitar por China. Sun en el prólogo sostiene que es poeta viajero. Sin duda, cuando uno lee la segunda parte de la obra se percata que Hu es un trashumante. También acá quien ingrese a este excepcional poemario antológico podrá darse cuenta de que el poeta mira, observa y luego nos hace entrar a la otra dimensión que sólo es lo que ve el alma. En uno de los poemas –“Cuentacuentos” (no podemos olvidar que el abuelo de Hu le abrió el mundo de las leyendas tradicionales), el hablante sostiene que Todo lo que hacemos en el mundo es entrar en los sueños de los demás”. Una sentencia como una conseja que sirve para entender su poética: nosotros como lectores entramos en el mundo de Hu Xian.

En definitiva, nos hemos encontrado con este poemario frente a un poeta que no deja indiferente; su propuesta estética es solvente y significativa; Hu Xian es un poeta de imágenes líricas que “se oyen”. Ante esta antología sólo cabe concluir con unos versos de Hu que resumen la experiencia lectora: “En realidad, me quedaré tranquilo simplemente al oír tus palabras” (“Heterogeneidad”).

(Hu Xian: Estrellas en movimiento. Antología bilingüe chino-español. Selección y traducción de Sun Xintang. San José, C. R., Casa de Poesía. 2021. 148 p.).

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