Estamos en presencia de un poemario que mediante el lenguaje va desenvolviendo el eros ante el lector/a. Efectivamente, el lenguaje poético de Jones se transforma en sí mismo en una forma erótica -lo que, sin duda, es un acierto. En cierto modo, dialoga con una tradición poético-lírica que ha hecho del erotismo una forma de expresión artística.

(Crónica e imagen, por Eddie Morales Piña, crítico literario)

El título de este poemario -el primero, pues anteriormente la autora publicó una edición de sus poemas adolescentes en un número reducido de ejemplares de autoedición entregado a sus más cercanos, al igual que este que circula por un formato no impreso- de la poeta Deborah Jones llama de forma inmediata la atención. El adverbio con que se inicia la frase identificatoria del texto nos inserta en una temática artístico-literaria de antigua raigambre en la literatura universal. Se trata del erotismo en sus diversas plasmaciones estéticas. Sobre dicho tópico se han escritos múltiples estudios. Sin duda que el dios Eros de la mitología griega y romana tiene que ver en todo este asunto tematizado con distintas modulaciones a lo largo de la historia. En definitiva, es el motivo del amor. Hay quien ha distinguido cuatro tipos de amores -C.S. Lewis-, entre los que se encuentra el que se remonta al Eros mitológico.

Por otra parte, es significativo en la denominación del poemario de Jones que el sustantivo transformado en adverbio antecede a la palabra poética. La autora coloca énfasis en el primero que vendría siendo la conditio sine qua non de la segunda. En otras palabras, el título es la clave de apertura de lo que el/la lector/a descubrirá cuando se encuentre inmerso en la más de una treintena de poemas que configuran el corpus poético-lírico. La poética –poiesis, creación- de Deborah Jones transita, en consecuencia, por el erotismo, es decir, por la plasmación estética del placer. En este sentido, la escritura se transforma en sí misma en erótica. La sujeto hablante es quien asume la primacía del encuentro amoroso en cuanto es la que muestra la experiencia erótica con el sujeto deseado.

Estamos en presencia de un poemario que mediante el lenguaje va desenvolviendo el eros ante el lector/a. Efectivamente, el lenguaje poético de Jones se transforma en sí mismo en una forma erótica -lo que, sin duda, es un acierto. En cierto modo, dialoga con una tradición poético-lírica que ha hecho del erotismo una forma de expresión artística. De este modo, podríamos decir que nos enfrentamos ante el placer del texto. Escribir dentro de los márgenes de esta poética siempre ha determinado una manera específica de abordar la temática. Aunque el ejemplo viene de la narrativa, igual es válido para el género lírico donde está el texto de Jones, y lo destaca en el estudio que le dedicó a la novela “Madame Bovary” el escritor y ensayista Mario Vargas Llosa. El narrador describe el viaje por la ciudad dentro de un carruaje donde van Emma Bovary y su amante. Lo que acontece al interior durante el recorrido es el erotismo.

Eróticamente poética” de Deborah Jones es poesía en el sentido pleno de la palabra inmersa en el placer sexual. Nada es ajeno a la poesía en cuanto creación de un universo verbal. Esto es lo que acontece con el poemario de Jones. Con sutileza y armonía como en el mejor arte de los griegos clásicos tanto en la materialidad de la piedra en el arte escultórico, o en el arte de la palabra, la poeta nacida en Valparaíso en 1979, nos va desplegando su poética erótica que no es más que poesía. El poema surge del lenguaje y la poeta le ha dado la modulación estética que no dejará al lector/a indiferente. Como una muestra de la poética erótica de Jones transcribo el texto Lista y dispuesta: “Lánzate en picada hacia mí,/ Lánzate en picada hacia mi ser/ Bordea con tu lengua cada lugar de mi cuerpo,/ Derríteme en tus brazos,/ Y antes de dejar mi lánguido cuerpo,/ casi inerte de tanta pasión…/ tendrás otra./ Tendrás otra nueva…/ Lista y dispuesta para ti,/ Lista y dispuesta, bordeando los límites del tiempo./ Lista y dispuesta para volver una y otra vez a perderse en/ tu juego./ Lista y dispuesta una y otra vez para convertirse en tu musa e inspirarte./ Lista y dispuesta para convertirte en MI inspiración”. Sujeto y objeto de la relación erótico-carnal en este juego discursivo donde el lenguaje se transforma en el poema no son otra cosa que la inspiración, una vieja palabra en la literatura que, por lo demás, también venía de los diosecillos de la antigüedad clásica. La musa o el numen, solo que en el poemario de Jones es pasión, entrega, sumisión y sexo.

(Deborah Jones es una artista multidisciplinaria. Bibliotecóloga y Máster en Gestión y Dirección de Industrias Culturales, entre otras actividades relacionadas con el Arte en el sentido más amplio. “Eróticamente poética” esta recientemente editado en formato digital y está disponible para potenciales lectores poniéndose en contacto con la autora en el correo electrónico centroinvestigacionartistica@gmail.com).

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