Tenemos el deber de conocerlos y respetarlos como lo que son, animales sintientes, con necesidades fisiológicas, nutricionales, conductuales, emocionales y sociales. Animales que se mueven por sus propias motivaciones. Animales que dedican su vida a estar al lado nuestro con el único propósito de vernos bien y mantener la cohesión del grupo.

Gonzalo Chávez Contreras.
Coordinador Observatorio de Tenencia Responsable y Vínculo Humano-Animal.
Universidad Santo Tomás.

En la actualidad existen varios cientos de millones de perros en el mundo y, en Chile, se estima que por cada cinco personas habría un perro, lo que quiere decir que actualmente convivimos con poco menos de cuatro millones de perros y aunque la relación que mantenemos con ellos es milenaria, pareciera que aún no hemos logrado comprender cuán necesario resulta convivir respetuosamente y en armonía con ellos.

Es por esto que dedicar un día para conmemorar a uno de los animales más fieles para el ser humano, busca concientizar a las personas sobre un compromiso aún pendiente con el bienestar no solo del perro, sino que de los animales no humanos en general. Parte de ello se ve reflejado en el hecho de que aún sean considerados bienes muebles y no seres sintientes como la comunidad científica internacional desde hace casi una década informó.

En nuestro país y en el mundo entero, desde el inicio del aislamiento las adopciones de perros aumentaron exponencialmente, lo que se justificaba con el hecho de que los perros eran para la mayoría de las personas excelentes contenedores emocionales y eso, considerando la enorme labilidad emocional a la que estamos expuestos desde hace dos años, parecía ser una buena estrategia a la que recurrir para desahogar la tensión y frustración acumulada. Mas la relación con ellos se ha caracterizado por ser injusta e inequitativa, contraviniendo al concepto más simple de “vínculo”, donde la imposibilidad por satisfacer sus necesidades más básicas ha comprometido históricamente su bienestar.

Tenemos el deber de conocerlos y respetarlos como lo que son, animales sintientes, con necesidades fisiológicas, nutricionales, conductuales, emocionales y sociales. Animales que se mueven por sus propias motivaciones. Animales que dedican su vida a estar al lado nuestro con el único propósito de vernos bien y mantener la cohesión del grupo. Muchos de ellos, además, dedican su vida a prestarnos servicio como perros policía, detectores, bomberos, lazarillos, de seguridad, de asistencia, pero, sobre todo, para acompañarnos y hacernos felices.

Dedicar un único día pareciera insuficiente para homenajearlos como agradecimiento a todo aquello que da este animal al ser humano. Regalémosle un momento para reflexionar en familia qué debemos hacer para fomentar, no la tenencia responsable, sino más bien la convivencia responsable. Sin duda alguna, la relación que mantenemos con los animales y el medio ambiente es un reflejo de la salud mental y emocional de la sociedad a la que pertenecemos y, dada la evidencia actual, tenemos que prestar atención a ello de forma urgente.

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