Tal vez la palabra ensayo resuene en los lectores como aquellas obras donde la tematización y la argumentación resultan ser para especialistas en el determinado asunto tratado. Este ensayo del autor es atrayente, en tanto que Del Pozo Artigas usa procedimientos narratológicos que atrapan al receptor. Probablemente, las lecturas de textos narrativos -ficcionales- de Del Pozo Artigas desde temprana edad hayan conformado un sustrato en su retórica que sustentan este libro.
Texto e imagen, por Eddie Morales Piña. Crítico literario.
Esta obra del historiador José del Pozo Artigas (Viña del Mar, 1943) es muy interesante por cuanto logra aunar en la discursividad la historia de una vida mediante la evocación de los libros que formaron o han formado parte en la intrahistoria del locutor de este ensayo. Efectivamente, estamos en presencia de un formato escriturario específico donde la presencia del enunciante de la argumentación es el propio autor del enunciado. Con este término nos referimos al contenido de lo expuesto. La voz narrativa -por usar esta expresión proveniente de la discursividad imaginaria de la novela o el cuento, por ejemplo, es Del Pozo Artigas, quien estructura la temática sobre la relación entre él -su vida- y los libros a lo largo del tiempo. Por eso que el texto se denomina Viaje a través de los libros. La portada de una obra siempre ha sido significativa. Regularmente, un autor trabaja con el diseñador la imagen que acompañará el contenido. La portada es el continente. En este caso se nos muestra lo que pudieran ser los lomos de algunos libros mientras que un sujeto en el margen derecho -la figura de un hombre- pareciera ser un soporte de estos objetos tan preciados para quienes estamos familiarizados con ellos y forman parte de nuestra consistencia existencialista. El concepto de viaje nos ilustra acerca de un caminar -un peregrinaje, diría un autor medieval-, de un transitar. Es decir, un desplazamiento mediante el tiempo. Antonio Machado, poeta, caminante no hay camino, se hace camino al andar-con una metáfora un tanto nihilista donde el sujeto de la historia es quien se hace este sendero. El complemento que utiliza el autor de esta obra nos revela que este viaje esta mediado por los libros en el transcurso de la vitae. La vida y los libros, por tanto, es el constructo sobre la que se estructura este ensayo, que se lee con agrado, más aún cuando el receptor coincide en las lecturas o en experiencias lectoras semejantes a las del autor.
Como lo manifestamos recién, el lector/a ideal como lo sostiene la estética de la recepción literaria -en otras palabras, donde se establece una relación entre el texto y el receptor en el proceso de lectura- del ensayo de Del Pozo Artigas será quien comparta, al menos, algunas de los textos mencionados en la obra o los momentos vivenciales de lecturas semejantes en el devenir de las existencias. De cierto modo, este ensayo es existencialista porque no sólo da cuenta de la vitae de un sujeto histórico -el autor-, sino porque también involucrará a quien lee y comparte la relación gozosa con los libros. En este sentido, la obra de José del Pozo Artigas es una muestra palpable y evidente de cómo los libros, las bibliotecas, las librerías y los editores, pueden marcar nuestras vidas y transformarse en el verdadero sendero, al que aludía Machado en su poema, y que más tarde reescribirá y musicalizará Joan Manuel Serrat transformándose en un ícono en el imaginario colectivo. Lo que acabamos de decir está en el margen izquierdo inferior de la portada del texto ensayístico. Tal vez la palabra ensayo resuene en los lectores como aquellas obras donde la tematización y la argumentación resultan ser para especialistas en el determinado asunto tratado. Este ensayo del autor es atrayente, en tanto que Del Pozo Artigas usa procedimientos narratológicos que atrapan al receptor. Probablemente, las lecturas de textos narrativos -ficcionales- de Del Pozo Artigas desde temprana edad hayan conformado un sustrato en su retórica que sustentan este libro.
Por otra parte, no le cabrá la menor duda al lector/a que se enfrente a esta obra de que está en presencia de un libro memorístico. En sentido estricto, el ensayo es, a su vez, memoria y testimonio del enunciante. Lo interesante del producto escriturario es que la motivación de la misma escritura -valga la redundancia- son las obras leídas por el autor. Estas son los hitos del transitar –golpe a golpe-, incluido el Golpe. En la medida en que Del Pozo Artigas tematiza la vitae mediante los libros está haciendo historia. En otras palabras, en la discursividad se va modelizando una perspectiva de los acontecimientos no sólo de la intrahistoria como diría Miguel de Unamuno, sino de todos los sucesos que van conformando los contextos en que fueron emergiendo los libros leídos por el autor y, en consecuencia, se nos revela la Historia -ahora con mayúsculas. – El propósito de escritura del autor queda expresamente señalado al principio cuando manifiesta que “en primer lugar, ir entregando mis reacciones espontáneas frente a lo que leía, a veces comparándolas con las que he sentido al llegar a la edad adulta. Tal vez los lectores podrán así reconocerse, identificar lo que ellos también sintieron al enfrentarse a los libros. Y, en segundo lugar, aprovechando mi profesión de historiador, daré algunas pinceladas sobre la vida de los autores, explicar el contexto en que escribieron, valiéndome a veces de la lectura de las memorias o testimonios de ciertos escritores, que constituyen una fuente de gran riqueza”. Ciertamente que cuando se concluye la lectura de la obra, el lector/a podrá percatarse y afirmar que el autor ha cumplido con creces la propuesta escrituraria. En definitiva, el texto de José del Pozo Artigas es una historiae vitae donde los libros ocupan el lugar central. La programación de la discursividad -que, sin duda, es histórica-, por tanto, parte de un foco inicial que está dado en la infancia y concluirá en la adultez. Los siete capítulos de que se compone el texto son la cartografía de la textualidad. El primer segmento escriturario es muy interesante por cuanto relata de cómo ingresará en la lectura y de cómo esta se transformará en un hábito compulsivo -como todo lector- donde están las lecturas primigenias y de qué manera estas han quedado en la memoria y marcado la existencia. Seguidamente, después de las imágenes de infancia lectoras, el autor nos lleva a las lecturas liceanas con el descubrimiento de los clásicos de la literatura española y de la literatura chilena, entre ellos Alberto Blest Gana, juntamente con otros autores europeos y algunos de Estados Unidos. El capítulo tercero nos lleva a transitar por el camino universitario del autor donde ya ha descubierto que el estudio de la Historia es su senda. Lo interesante de todo esto es que la literatura -la ficción- no está ausente y, por el contrario, se va convirtiendo en un verdadero constructo en el peregrinaje vitae. El siguiente capítulo nos centra en un momento determinante de la Historia de Chile. Lo denomina Leer en tiempos revueltos. De la Revolución en Libertad a la Unidad Popular. Es un segmento muy relevante porque tematiza el fenómeno del Boom de la literatura hispanoamericana y el de la editorial Quimantú. Posteriormente, el lector/a entra en un espacio otro. Nos enfrentamos al exilio del autor en Canadá, específicamente, en Quebec y Montreal y su experiencia lectora y universitaria por aquellos lares, lo que se refrenda en el capítulo siguiente donde vuelve a realizar reflexiones y referencias a la relación entre la ficción y la historia. Este diálogo entre la novela -la narrativa- y el discurso histórico es un leit motiv en la obra del autor. Por último, el capítulo postrero pareciera ser una suerte de testimonio final, por cuanto lo titula Leer y escribir en el otoño de la vida donde nos muestra el descubrimiento de otros autores de latitudes geográficas como África o la denominada historia popular en la que también incursiona como historiador. En el transcurso de este periplo de lecturas, al autor hace referencias también a sus propias obras escritas en el devenir académico. En conclusión, una obra muy interesante de leer, por cuanto nos revela cuán significativos y relevantes pueden ser los libros en nuestras vidas.
(José Del Pozo Artigas. Viaje a través de los libros. Siete décadas de autores, librerías, bibliotecas y editores. Santiago: RiL editores. 2025. 278 pág.).
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