“Por fin sentí pertenencia y pude referirme a la Nación Mapuche, como Mi Pueblo y desde las entrañas compartir el sufrimiento, porque la herencia sagrada, no sólo trae el Honor, sino el dolor de más de 500 años”

Eddie Morales Piña, crítico literario

La emergencia de voces poéticas ancestrales o de pueblos originarios como el mapuche tiene en este poemario de Libertad Manque un hermoso registro. Efectivamente, la obra de esta poeta y educadora tradicional se enmarca dentro de dicha tradición. La visibilización de una voz femenina, además, le otorga al texto una doble significación. Por otra parte, el poemario es una suerte de ejercicio memorístico del sujeto de la enunciación.

Libertad Manque ha titulado su obra con sólo un sustantivo que encierra en sí mismo el sentido global de los versos a los que se enfrenta el lector. Nacimiento nos remite a la acción de nacer, de dar a luz, de emerger, de salir de las entrañas. Metafóricamente, el texto en su título nos anuncia que no se trata de un nacimiento natural –que ya lo fue- sino de un renacer a una nueva forma de existir y de estar en el mundo. La poeta Libertad Manque asume en este desafío un reconocerse como lo que ha sido: una mujer por cuyas venas siempre ha corrido sangre mapuche.

En las páginas iniciales se explica la motivación de escritura del poemario donde se identifica como una poeta mapuche inserta en la cosmovisión de sus ancestros que desde niña le fue negada. De allí que el libro que contiene los poemas agrupados en cinco segmentos tiene la impronta testimonial a que aludíamos: “Por fin sentí pertenencia y pude referirme a la Nación Mapuche, como Mi Pueblo y desde las entrañas compartir el sufrimiento, porque la herencia sagrada, no sólo trae el Honor, sino el dolor de más de 500 años”.

La voz poética de Libertad Manque recoge diversos instantes de la intrahistoria de quien rememora con dolor un pasado, pero que asume con valentía un presente donde se reconoce en sus ancestros y presta su voz denunciadora a quienes han sido silenciados y abatidos a lo largo de la historia. Los versos de los poemas se despliegan naturalmente ante el lector sin mayores juegos de artificio lingüístico y donde el lector va descubriendo los saberes de los antiguos, como lo dice la autora. El despliegue de los poemas adopta la forma de la enunciación lírica, pero también la apostrófica, pues se trata de remover las conciencias adormecidas: “Arauco sufre, se retuerce, desgarrándose/ su espíritu es oprimido por el engaño/ y su sangre esparcida por la tierra/ han dejado sin alas al cóndor/ han callado la voz del bosque” (Arauco está sangrado-Rauco Ta Petu Mollfuy).

Sin duda que Libertad Manque maneja con soltura la palabra poética. Como lo reconoce, una forma de resistencia es la palabra ante el dominio de quienes han sojuzgado a su Pueblo; en este sentido, el poemario asume dicha propuesta de resistencia, pues “surge desde la autoridad ancestral, se alberga en las memorias del pueblo, rescata y reconstruye”. Los poemas de Libertad Manque forman parte, en consecuencia, de una expresión estética donde se manifiesta la cosmología ancestral de su pueblo, al igual que en las otras artes que cultiva: “No quiero morir en el desamparo de la vida/ atormentada por la indiferencia y el olvido,/ sin fraguarme antes con mi pueblo/ y ser lluvia condensada en la cordillera” (Exilio-Arimatun).

(Nacimiento-Choñonwe de Libertad Manque. Edición Español Mapuzungun. Valparaíso: Ediciones Caronte. 2017).

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