Los movimientos sociales van cultivando su fulgura aprendiendo de la Historia y de la que están construyendo. Pero la mano invisible de sus opositores, previo al discurso de odio en redes sociales y medios de comunicación, pasó, lamentablemente, al uso de armas blancas, con tal de crear terror y que la ciudadanía no los escuche.

Imagen: Marcha en Valparaíso. Facebook de Nataly Campusano

La marcha pro aborto libre, seguro y gratuito que se desarrolló este miércoles 25/07 en gran parte de Chile, tuvo una numerosa convocatoria. Miles de mujeres, de manera voluntaria y con sus lienzos, estaban en la calle, expresando lo que consideran, una justa demanda. No había más que música, cánticos, desplegar propaganda. Y fue la tónica en las ciudades donde se juntaron a marchar.

Hasta ese momento de la jornada, pensaban ellas (y los asistentes), que las consignas por usar el pañuelo verde y las descalificaciones y amenazas que ciertos grupos de ultraderecha y personas que están acostumbradas a un estatus de comodidad y desidia, parecían que eran meras bravuconadas. Lamentablemente, no fue así.

En Santiago, tres mujeres fueron apuñaladas. Como consigna T13, la vocera Macarena Castañeda, de la  Mesa Acción por el Aborto, señaló que «una turba de encapuchados empezó a armar barricadas en la marcha, a una cuadra de donde estaba el escenario. De repente, un grupo empezó a apuñalar a las que estaban pasando. Algunas supieron que estaban atacando, salieron a proteger y terminaron apuñaladas».

«Esto es terrorismo, yo no lo quiero llamar de otra manera. Cuando un grupo quiere amedrentar a otro para evitar que pueda expresar sus ideas libremente, sin provocación alguna. Intentaron cortar la marcha para que no pudiéramos pasar», agregó Castañeda.

Las reacciones por parte de las autoridades de gobierno, fueron tibias, según Castañeda: «El silencio del Gobierno ante la agresión en las calles de tres mujeres ha sido absoluto. El hecho que carabineros no actuara es responsabilidad política de las autoridades de este país«. El ministro Chadwick interpondrá una querella contra quienes resulten responsables, sumándose a las condenas de otros ministros y autoridades.

Previamente, un autodenominado «Movimiento Social Patriota» desplegó pancartas y roció con sangre y vísceras de animales parte de una calle en Santiago, aduciendo que «es la respuesta a las abortistas». Luego de esta acción, voceros de dicho grupo se desmarcaron de la agresión sufrida por las tres mujeres, algo que no quedó del todo claro pues esta provocación de una «antimarcha» viene a ratificar las declaraciones y amenazas proferidas por sus integrantes en redes sociales, que van en la línea del nacionalsocialismo, fascismo y vertientes de extrema derecha.

Por si fuera poco, otro de los líderes conocidos de esta tendencia, José Antonio Kast, en un papel de «víctima», le dio más importancia al incidente que tuvo en una universidad (lo echaron a patadas) que a la acción de los cuchillos en contra de las mujeres presentes en la marcha: «Todos tenemos que condenar la violencia, sin excepción. Pero con coherencia: ni Michelle Bachelet ni Beatriz Sánchez ni una lista infinita de íconos progres dijo nada cuando me agarraron a patadas. Y hoy se indignan con el Gobierno porque todavía no saben que ya salió a condenar».

Se le olvida al dirigente de Acción Republicana que sus discursos llaman al odio y fue a provocar a un auditorio universitario, sabiendo que lo iban a recibir mal. Y se olvida también que una agresión con cuchillo a una mujer es claramente un delito, como femicidio frustrado, si se llevan adelante las querellas criminales. Los movimientos sociales van cultivando su fulgura aprendiendo de la Historia y de la que están construyendo. Pero la mano invisible de sus opositores, previo al discurso de odio en redes sociales y medios de comunicación, pasó, lamentablemente, al uso de armas blancas, con tal de crear terror y que la ciudadanía no los escuche.

Cuando habla LA CALLE, hay que oírla. No importa si fue en 1913, 1953, los años ’80, el 2006, ayer. El ejemplo de organización de la Mesa de Acción por el Aborto Libre es clara muestra de un trabajo coordinado y sin mayores desórdenes, salvo esta cobarde agresión que fueron víctimas. Quizás a lo mejor no le guste el mensaje de fondo, pero no por ello va a emprenderlas a cuchillo limpio o a palos (estos últimos son siempre gentileza de la policía uniformada). Y por más que haya un Gobierno de turno, siempre hay voces disidentes no para salirse con la suya, sino que para poner en el debate temas que por largo tiempo fueron vetados y que en pleno siglo XXI, no podemos seguir postergando.

Es la Danza de los Puñales que no debemos permitir.


Danilo Alarcón Astete
Director
Espacio Regional

 

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